Cuando te miras al espejo y notas cambios en tu rostro, debes saber que se debe a los hábitos que tienes. La dieta que seguimos y cómo cuidamos el cuerpo por dentro, no solo por fuera, provoca que nuestro aspecto sea uno u otro.
La piel se nutre de los alimentos y bebidas que ingerimos, y el agua es la causante de mantener la hidratación. Por ello, además de ser recomendable beber al menos dos litros de agua al día para el buen funcionamiento del organismo, también lo es para mantener una piel tersa y joven.
El agua rejuvenece la piel, lucha contra el envejecimiento y contribuye a ralentizar los signos de la edad. Las temidas arrugas y líneas de expresión llegan a nuestro rostro cuando el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico no están presentes en los niveles adecuados.
Sobre todo, este último se encarga de retener el agua en los tejidos y la piel para poder mantener la juventud de la misma. Retiene el agua en la dermis manteniendo la humedad, lo que ofrece a la piel elasticidad y luminosidad, evitando que se seque. Esto previene las arrugas y retrasa otros signos del envejecimiento al lubricar las capas de la dermis.
Tomar agua rejuvenece la piel y la desintoxica, manteniéndola fuerte frente a la contaminación o el maquillaje, que pueden secarla, irritarla y deshidratarla. Además de tener una rutina de limpieza y cuidados faciales, es necesario darle vida a nuestra piel desde dentro, aportándole todos los nutrientes que necesita.
Ácido hialurónico: el componente que retiene el agua en los tejidos
Generalmente, a partir de los 30 años de edad, nuestra piel deja de producir ácido hialurónico en los niveles en los que lo hacía hasta el momento, provocando que notemos ciertas diferencias en el aspecto de nuestro rostro, como las líneas de expresión que comienzan a marcarse, las bolsas en las ojeras o las patas de gallo.
Recordemos que este componente es el que se encarga de retener el agua, por lo que, nuestra piel comienza a recibir menos agua de la que necesita.
Para retrasar el fotoenvejecimiento, lo más recomendable es aportar al cuerpo la cantidad de ácido hialurónico que requiere para poder almacenar su función de retener agua. Este compuesto se encuentra cremas hidratantes y sérums, pero no es suficiente. Actualmente, existen tratamientos para mantener la juventud en el rostro gracias a la infiltración de ácido hialurónico, como la redensificación. ¡Te contamos de qué se trata!
La redensificación: el tratamiento más demandado
Cada vez son más los pacientes que se apuntan a los tratamientos estéticos para combatir el fotoenvejecimiento y, cada vez, lo hacen a una edad más temprana, no solo para rejuvenecer el rostro, sino también para prevenir y retrasar los signos del paso del tiempo.
Redensificar la piel es dotarla de la cantidad de ácido hialurónico que necesita para retener el agua que la hará mantener la hidratación, la elasticidad, la tersura y la luminosidad. Este complejo dermorestructurante está compuesto por 14 nutrientes y ácido hialurónico de alto peso molecular no reticulado, prácticamente igual que el que genera nuestro cuerpo, lo que provoca un resultado muy natural.
Quizás hayas oído hablar del botox, sin embargo, sus diferencias son notables. El tratamiento de redensificación con ácido hialurónico y vitaminas, a diferencia del botox, no paraliza el músculo, sino que rellena y corrige las arrugas respetando perfectamente la expresión del rostro.
Recuerda que el ácido hialurónico lo que hace es retener el agua en los tejidos, pero para que pueda realizar correctamente su función necesitas ingerir el suficiente líquido, al menos, dos litros diarios.
El agua es el gran aliado de tu piel. De hecho, el rostro contiene un 30% de agua que el organismo trasladará a otros órganos vitales si fuera necesario, haciendo que el rostro quede desprotegido. Con este tratamiento facial, ayudarás a completar los beneficios que el agua tiene sobre el organismo.
Los beneficios que produce tener una piel hidratada son infinitos: estará más protegida que una piel seca frente a los agentes externos; las heridas se curarán en menor tiempo; es menos probable que aparezcan rojeces o manchas; disfrutará de una mayor elasticidad; se mostrará más tonificada; presentará mayor suavidad al tacto; cicatrizará más fácilmente…
Cuidarse por fuera con la ayuda de cremas y lociones corporales es necesario, tanto como lo es cuidarse por dentro hidratando nuestro cuerpo.
¡Bebe más agua y nota la diferencia con el tratamiento de redensificación! Tu piel se volverá suave, brillante y sin arrugas, como si te hubieras quitado 10 años de encima.
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